Los recursos naturales como límite del crecimiento económico o cómo poner precio a todo y no dar valor a nada

La Fuente

Durante muchas décadas se ha buscado el crecimiento económico como objetivo de los países para alcanzar el bienestar de su población, en ese camino, muchos paradigmas se fueron construyendo, algunos han alcanzado el estándar de dogma.

El primero de ellos es que se puede crecer indefinidamente, sin embargo, una de las condiciones necesarias es la utilización de recursos naturales como materia prima esencial para el proceso de producción capitalista, el problema es que existe un límite al cual los ecosistemas se pueden utilizar sin poner en riesgo que futuras generaciones puedan disfrutar de sus beneficios. 

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Por tanto, el crecimiento no puede ser infinito, estamos presenciando ya el efecto del abuso al planeta y el impacto que cada año crece, la sobreexplotación de los recursos naturales, como son los bosques, mares, agua, ha llegado a grados de alarma para su sostenibilidad. El cambio climático es una realidad y los efectos que está trayendo son devastadores para el mundo entero, no sólo para los seres humanos; la enfermedad por SARS-COV-2 puede ser un ejemplo de como, por la destrucción de ecosistemas nos toca convivir cada vez más cerca con especies de animales que han visto invadido su hábitat, trayendo como consecuencia de esa convivencia cercana el contagio de enfermedades que provocan pandemias. De aquí que tenemos que buscar nuevos paradigmas de desarrollo que no estén basados en un crecimiento económico infinito.

Otro de los paradigmas es que la tecnología resolvería los problemas de contaminación y la poca capacidad de regeneración del ambiente, y que eventualmente el mismo crecimiento económico podría lograr recursos económicos suficientes para lograr mejoras en los procesos productivos hasta hacerlos “amigables” con la naturaleza, sin embargo, la tecnología que se elige y privilegia es aquella que garantiza los máximos niveles de ganancia, y no tanto los que mejoran la calidad de vida, como señala el Dr. Enrique Dussel.

Debemos ser capaces de asimilar que todo sistema económico se encuentra inmerso en un sistema más amplio que es es el sistema natural, y no podemos abstraernos de el, ciertas corrientes de pensamiento económico sugieren que para cuidar de los recursos naturales se le dé valor monetario y que con ello se puede cuantificar y en su caso pagar por el uso de la naturaleza o los servicios que nos presta, pero como podemos dar valor a respirar, cómo podemos calcular el valor social real que un bosque representa para todo ser vivo del planeta, puede ser útil en tanto número ordinal que sirva para ver los cambios en una única medida, pero jamás como precio que pueda pagarse por contaminar un lago, talar un bosque o desaparecer por sobreexplotación o pérdida de su hábitat una especie animal o vegetal, lo que proponen es poner precio a todo y no dar valor a nada (Oscar Wilde).

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Como conclusión, es necesario replantearnos nuestros ideales como humanidad, a que aspiramos, cuál es nuestro futuro deseable y posible, optar por sistemas económicos que entiendan todo lo que hemos planteado, algunos ya se están planteando en la discusión académica, está en juego nada más y nada menos que la sobrevivencia de nuestra especie y toda la vida de nuestro planeta.

DMM