Jugar con fuego

Conversando

La jefa del Programa de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Maria Van Kerkhove, afirmó en redes sociales que el mundo está “jugando con fuego” al permitir que en el mundo se permita que el virus de Covid-19 circule a niveles tan intensos… y tiene razón. 

Todas las veces anteriores que había escrito sobre la pandemia, lo había hecho como una persona no infectada, hoy lo hago desde la experiencia de haber estado enfermo por el virus, después de casi dos años y medio de que comenzara el confinamiento en México y tras una quinta ola de contagios que finalmente terminó por alcanzarme. 

Mi cuadro no fue sencillo, pues no solamente me contagié con el virus sino que tenía también una infección en vías respiratorias, lo que ha complicado mi convalecencia y  aunque lo peor puede decirse que ya pasó, lo cierto es que esta experiencia me ha dejado un gran número de reflexiones. 

Como por ejemplo que hoy los gobiernos y las empresas están más preocupados por una recuperación económica que por realmente acercarse al 100 por ciento de su población vacunada. Hoy es más común que los gobiernos rechacen un confinamiento o que las compañías obliguen a sus empleados a acudir presencialmente a su lugar de trabajo, pese a las serias consecuencias que tienen los contagios. 

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Hoy sabemos que existen subvariantes de Ómicron como BA.2, BA 2.12.1, BA.4 y BA.5, pero la realidad es que muy poco se repara en ello, sin embargo, es claro que el virus sigue mutado porque siguen existiendo personas no vacunadas en quienes el virus puede seguir modificando, de allí la importancia de tomar en serio esta situación. 

Y es que las mutaciones podrían derivar en un virus que sea lo suficientemente fuerte en el que la vacuna ya no funcione y deba ser necesario un nuevo biológico. Ese puede ser el peor de los escenarios posibles para la humanidad y que con ello regresan las muertes por miles, es por ello que no le falta la razón a Van Kerkhove al señalar la peligrosidad de esta situación, sobre todo porque el mundo parece no querer voltear hacia atrás y ver lo doloroso que ha sido el camino de esta pandemia. Tal parece que sólo se quisiera mirar de frente e ignorar las enseñanzas, por dolorosas que sean, que nos han dejado prácticas como el confinamiento y hasta el distanciamiento social.  

Según un estudio de la prestigiosa revista científica The Lancet, las vacunas han evitado la muerte de al menos 20 millones de seres humanos, pero al no frenarse los contagios, el peligro que suponen las mutaciones del virus amenaza por tirar por la borda todo lo que se ha podido ganar en más de 2 años de pandemia. 

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Así lo explicó el doctor Francisco Moreno Sánchez, premio Nacional de Salud 2020, en redes sociales: 

“Imaginemos que el virus es una foto que utiliza la copiadora de nuestra célula para producir miles de copias de sí mismo en un día; habrá unas que resultarán quemadas y no seguirán, pero también pueden aparecer copias con detalles más finos (mutaciones), que no estaban en la foto original. Mientras más copias, más posibilidad de que éstas sean ‘mejores’ copias”. 

Es por ello que el mundo entero debe volver a las enseñanzas básicas de la pandemia: aislamiento en caso de contagio, uso de mascarilla, distanciamiento social, lavado de manos, pero sobre todo, no dar por descartado un confinamiento. Recordemos que de nada va a servir “salvar la economía” si la gente comienza de nuevo a morir por miles. No juguemos con fuego. 

Twitter: @campudia