Hasta pronto Don Rafa…

Diálogo en silencio

Conocí a Don Rafael Vilchis en el mes de marzo de 1993 cuando solicité trabajo y me dio la oportunidad de incorporarme como reportero de El Sol de Toluca.

Fueron tres años de anécdotas, llamadas de atención, de aprendizaje diario en la redacción. 

Como director y con cientos de cosas en la cabeza nunca dejó el sentido periodístico y el oficio reporteril, como consta en la siguiente anécdota: 

Una fuente le alertó sobre el traslado de un personaje relevante al penal de máxima seguridad en Almoloya de Juárez y me buscó para cubrir la nota. Eran más de las 10 de la noche, día viernes, ya estaba en casa y regresé a la redacción en Santos Degollado.

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Mi sorpresa fue cuando al llegar con él, tomó su cajetilla de cigarros, su chamarra y me dio las llaves de su automóvil, un Datsun, quizá modelo 1976 color amarillo, para salir a cubrir la nota. Al ver el movimiento, el entonces jefe de redacción Marcos Knapp se sumó al equipo de cobertura con una cámara fotográfica y nos enfocamos hacia la Toluca-Atlacomulco.

Aguardamos en el camino vecinal que lleva al penal, a un ladito de la autopista. Intermitentes encendidas esperamos pacientes el convoy del traslado. Finalmente vimos una caravana de camionetas y nos integramos a la fila; ese movimiento, por increíble que parezca, nos permitió ingresar al estacionamiento del penal.

Nos bajamos del vehículo e intentamos ver quién era el personaje del traslado sin llegar a identificarlo; en la oscuridad el destello del flash de la cámara delató a mi jefe de redacción y en ese momento los guardias lo rodearon y le exigieron que no tomara fotografías. Mientras Don Rafa y quien esto escribe caminábamos rumbo a la aduana del penal, al lado de la persona escoltada. El entonces director de sistemas penitenciarios, Juan Pablo de Tavira se percató con extrañeza de nuestra presencia. 

Nos “invitaron” a salir del penal, era en ese momento o hasta que se investigara la manera en que logramos ingresar sin autorización. No dudamos. En el estacionamiento esperábamos para obtener más información; sintonizamos la radio en un aparato de esos de perilla que movía una aguja naranja que detuve en el 1110 de am, Radio Red, pero nada del traslado.

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Lo que se informó fue el reporte de un bombazo en el exterior de un hotel en Guadalajara, donde se celebraba una fiesta de 15 y asistían familiares de un narcotraficante. La nota enfrente de mi nariz y no me percataba de ello, pero Don Rafa sí.

Se consiguió la información del traslado; se supo que el personaje era José Antonio Zorrilla Pérez, ex titular dela Dirección Federal de Seguridad (DFS) y autor intelectual del asesinato del periodista Manuel Buendía, quien estaba preso en el reclusorio norte en la Ciudad de México.

Finalmente llegamos alrededor de las tres de la mañana a la redacción, le pregunté a Don Rafa de cuántos caracteres la nota y para mi sorpresa me responde que no era una, sino dos las piezas que debía elaborar, la del bombazo y la del traslado; me quedé confundido y ahí comprobé que el sentido periodístico no tiene descanso y tampoco la sagacidad de mi director para oler la nota.

Se logró la de ocho del sábado 11 de junio de 1994: “Última Hora: Bombazo en Guadalajara”; de secundaria la nota del traslado de José Antonio Zorrilla. La rotativa al limite. 

Así era Don Rafa y hoy ya no está con nosotros, pero su recuerdo seguirá vivo en anécdotas como la anterior y cientos de ellas que se encuentran en las páginas del periódico o en las  “cabezas” que elaboraba con una jiribilla muy singular. Hasta pronto.

@periodistamex