Buscan sustentabilidad en comunidades mazahuas

Desde 2019, la Fundación por un Campo Productivo, se ha evocado a la capacitación de mujeres indígenas, principalmente mazahuas

Desde 2019, la Fundación por un Campo Productivo, se ha evocado a la capacitación de mujeres indígenas, principalmente mazahuas, en el desarrollo de una vida y empleos basados en actividades sustentables.

Fue la producción de hortalizas en la que se comenzó a capacitar a diferentes mujeres mazahuas del Estado de México, siendo el municipio de Calvario del Carmen, cerca de San Felipe del Progreso, la matriz de este proyecto que busca la generación de ingresos y autoconsumo.

“Nuestro único objetivo es contribuir al desarrollo sostenible de localidades rurales, e
indígenas, que lamentablemente se encuentran en situación de pobreza, marginación y
vulnerabilidad al cambio climático”, mencionó Alberto Ruíz, fundador y director del proyecto.

Señala que son más de 400 mujeres indígenas las que se han sumado a este proyecto que les promete apoyo para generar nuevos conocimientos que puedan servirle en la vida cotidiana, así como en la laboral.

“Se capacitan en temas agronómicos, y con los conocimientos que desarrollan replican en sus
viviendas, o sus terrenos, huertos familiares para contribuir a la seguridad alimentaria y en su
momento generar excedentes susceptibles de comercialización”, señaló.

Tradicionalmente, es la producción de maíz la que se explota por estas comunidades; sin embargo han logrado diversificarse para generar un método de producción, realizado en manos de las mazahuas, donde realizan la limpieza y selección de productos.

Posteriormente, los unen para que a través de la fundación puedan ser distribuidos; principalmente a tiendas de productos orgánicos, la cuales remuneran el trabajo de las
mujeres indígenas.

“Mayormente se realizaba cultivo de maíz y se ha podido diversificar a la hortaliza, la cuál se
distribuye para apoyar en generar ingresos a las familias indígenas, pasa por todo el proceso
necesario desde el cultivo, la limpieza y la selección por parte de nuestras beneficiarias”,
apuntó Ruíz.

Finalmente, consideró que la labor realizada por estas agricultoras se vuelve el inicio de un ciclo que beneficia la salud de una parte de la población mexiquense.

“Los productos son cien por ciento orgánicos, lo que también contribuye a la salud de los consumidores, se vuelve un circulo que beneficia a todos, siempre con la base de los productos
sustentables”, concluyó.

Cabe señalar, que actualmente también se realizan trabajos para buscar que dichas comunidades puedan contar con servicios de agua potable, de la que la mayoría carecen.

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